El injerto graso, lipofilling o técnica de Coleman permite corregir defectos cosméticos tras cirugía conservadora de mama, e incluso completar la reconstrucción tras mastectomía por cáncer. Sin embargo la seguridad oncológica de la técnica ha sido cuestionada durante mucho tiempo, sobre todo por la dificultad del seguimiento radiológico en estas pacientes, y por desconocimiento de los factores que puedan influir en las recaídas. En los últimos años sin embargo se está aplicando en muchos centros al no haberse podido demostrar relación entre ambos procesos
Presentamos un caso de recaída por cáncer ductal infiltrante en una paciente con antecedente de cirugía conservadora por carcinoma intraductal y lipofilling
Paciente intervenida en 2007, cuando tenía 46 años de cuadrantectomía superior de mama izquierda por carcinoma intraductal de alto grado de 5x4x2 cm con márgenes libres. Además se realizó linfadenectomía axilar (periodo de validación de ganglio centinela) y recibió radioterapia adyuvante. Tis N0/24. En el año 2010 se realizó remodelación del polo superior de la mama con injerto graso de ingle. Pocos meses después la paciente notó eccema de pezón y retracción cutánea que no mejora con corticoides tópicos.
Las revisiones mamográficas y ecográficas rutinarias fueron compatibles con necrosis grasa en el contexto de la remodelación a la que fue sometida
En el año 2011 se realiza nuevo lipofilling de grasa glútea y biopsia de tejido retroareolar, con resultado de carcinoma infiltrante grado III, por lo que fue remitida a cirugía para iniciar tratamiento con mastectomía que se realizó en el mismo año. El resultado Anatomopatológico definitivo fue de múltiples focos de carcinoma ductal infiltrante grado III, HER2 puro, con carcinoma intraductal asociado de alto grado. El margen profundo era menor de 1 mm, pero el musculo pectoral resecado no presentaba infiltración. Se completó el tratamiento con quimioterapia y Herceptin.
Finalmente en 2013 se reconstruyó la mama con colgajo autólogo del dorsal ancho y prótesis retromuscolar.
Actualmente se encuentra libre de enfermedad
La paciente que nos ocupa presentaba signos clínicos y radiológicos sospechosos de recidiva tumoral, pero pasaron desapercibidos por las imágenes sugestivas de necrosis grasa.
La duda que se plantea es si se trata de un caso carcinoma residual que fue diseminado con las cánulas de inyección grasa, o la recaída de cáncer fue favorecida por la inyección de adipocitos en estadios precoces de diferenciación. Lo que parece claro es que hubo un retraso en el diagnostico por los volúmenes grasos inyectados.